Estamos finalizando el Adviento, ese camino que nos ayuda a llegar a la Navidad con un corazón lleno de amor para ver al Niño Dios. Aún en algunas familias se acostumbra no sólo colocar la Corona de Adviento, sino, a reunirse y rezar como parte de la preparación para el Nacimiento de Dios.

Tristemente la fiesta de la Navidad está en crisis y no nos debe sorprender. Esta es una celebración cristiana, es el Nacimiento del Hijo de Dios, pero cada vez vemos menos símbolos religiosos en estas festividades, tanto en los espacios públicos como en los privados. Se gasta mucho dinero en luces, renos, santas, elfos y otros adornos, pero, los símbolos religiosos como los belenes los hemos dejado de lado.

Hemos convertido esta época en una fiesta del consumismo, hasta hemos dejado de decir “Feliz Navidad”, ahora decimos “felices fiestas”. Queremos ser modernos. Convertimos esta festividad en el mejor de los casos en una reunión familiar, en el peor, una oportunidad para estar con amigos en una simple fiesta. Es la oportunidad de irnos de vacaciones, de descansar del trabajo.

La crisis de esta festividad considero que tiene dos causas: la primera es que celebramos el Nacimiento del Salvador, pero vivimos en un mundo donde ya no hay bien ni mal, cada uno es dueño de dictaminar lo que está bien y lo que está mal, como no hay pecado y tienes derecho hacer lo que quieras si la ley te lo permite no necesitas al Salvador; se instaló la ausencia de Fe en lo bueno y en lo malo, por lo que la venida del Salvador no la vemos necesaria ya que consideramos que no necesitamos perdón ni rescate. La otra razón es que no creemos en el más allá, por lo que no se tiene que pedir perdón ni nada porque cada uno es la norma de la moralidad.

Cada uno de nosotros hemos puesto nuestro granito de arena para esta crisis, permitimos que nuestras devociones y tradiciones salieran por la ventana, dejamos que Dios se quedara en el rincón; en aras de la tolerancia, de no caer mal, de no molestar a otras personas que quieren vivir diferente a nosotros, lo hemos permitido. Nos quejamos que alejen los nacimientos de los espacios públicos cuando hace mucho que se alejó de nuestros hogares.

Falta una semana para el Nacimiento de Dios, y debemos recordar que cada año llega a nuestro corazón, dejemos abierta la puerta para que entre y que nos ayude a trabajar en un mundo mejor con la familia unida, que la tolerancia y la caridad para con otras personas no nos haga que dejemos nuestros valores, tradiciones y devociones a un lado.

En esta última entrega del 2022 deseo que pasen una Feliz Navidad al calor del Belén, esperando que el Niño Dios llegue a nuestros corazones y podamos renovar nuestras fuerzas y nuestra Fe, y que el 2023 se un año lleno de éxitos para cada uno de ustedes.

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Ana Lidia Moreno Ríos

Licenciada en Letras. Asesora financiera, inmobiliaria y de seguridad patrimonial. Directora de TS Bienes Raíces. Miembro de ASAIS y MULIV. Agente de RGA Promotoría. Colaboradora de Semanario Primera Plana en materia inmobiliaria, Ex Presidenta de AMPI Hermosillo (creadora del Foro Inmobiliario)  y miembro del Consejo Técnico de Consejo INCIDE, A.C.

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