Creo, sin temor a equivocarme, que todos buscamos dejar un legado, aunque sea mínimo a nuestros hijos y familia y así trascender. No sé si todos lo logren, pero, es algo que todos buscamos. En esta entrega hablaré a titulo muy personal, con orgullo de mi familia.

Recuerdo cuando éramos quinceañeros que mis papás y tíos fueron tomando “las riendas” de las reuniones familiares y los abuelos tomaron tranquilamente su nuevo lugar: los invitados a la fiesta. Poco a poco fueron cediendo en otros temas, por salud o movilidad, pero, entendieron que había que entregar la estafeta. Aquí hay que anotar que siempre los abuelos fueron consultados y tomados en cuenta en cada evento, lo que no hacían era la talacha.

Al paso de los años nos tocó tomar esa estafeta, a mis hermanos y a mí. La transición no fue fácil, porque tenemos como padres dos seres humanos fuertes y con ganas de servir por más tiempo a su familia. Pero igual que con nuestros abuelos llegaron las enfermedades, la edad y falta de movilidad para ellos y cambiaron las cosas.

En mi familia somos variaditos, hay de todo: simpáticos, trabajadores, enfadosos, bailadores, acoples, antipáticos, comelones, enojones, guapos, feos, en fin, de todo. Por ser variaditos pues no coincidimos en nuestras ideas y en nuestro actuar, hay temas espinosos como la política, la religión (aunque somos Católicos), las nuevas ideas millenials, entre otros temas, pero, siempre respetando la postura de cada uno. Debo reconocer que mis padres han sido muy firmes en cuestión de valores humanos y religiosos, aunque entienden las novedades que surgen.

No sé si la generación que me precede se preguntó que le dejaba, humanamente, a los suyos. Últimamente me lo preguntado al ver tantas novedades en temas de vida, familia y pareja. Con las nuevas generaciones tienes que ir con cuidado en ciertos temas, porque el relativismo está instalado en sus mentes y lo triste es que nosotros lo permitimos. Pero, bueno, ese no es el tema, vuelvo a mi familia.

Hace unos días se realizó un homenaje a mi padre por sus 67 años de fotógrafo, por primera vez en muchos años no participé en la organización. En los 40, 50 y 60 años mis hermanos y yo los habíamos organizado o participado. En esta ocasión me quedé sentada y feliz de ver a la gente trabajar. En está ocasión no hice nada. En está ocasión lo organizaron mis sobrinos. Cada uno con una tarea específica para que todo saliera perfecto, como salió. La batuta la llevaba Victoria; Karla José y Jesús en la redes sociales y medios digitales; Gregorio y Montse se encargaron del ambigú y recepción de invitados; Andrea de controlar a los pequeños de la familia; Manuel Guillermo fue el guardián del tata y Pau de repartir los recuerdos del evento.

Verlos trabajar en equipo, unidos y con excelente coordinación me llenó de orgullo y satisfacción. Verlos trabajar en equipo respetándose, acoplándose y sacando adelante un proyecto tan importante, me hizo pensar que la estafeta ya pasó de manos, ese día la entregamos. Como familia podemos estar satisfechos de esta tercera generación y muy orgullosos de los hombres y mujeres en que se han convertido nuestras joyas de la corona. Como familia se hizo un buen trabajo y recordando a Pablo Neruda, Vida estamos en paz.

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Ana Lidia Moreno Ríos

Licenciada en Letras. Asesora financiera, inmobiliaria y de seguridad patrimonial. Directora de TS Bienes Raíces. Miembro de ASAIS y MULIV. Agente de RGA Promotoría. Colaboradora de Semanario Primera Plana en materia inmobiliaria, Ex Presidenta de AMPI Hermosillo (creadora del Foro Inmobiliario)  y miembro del Consejo Técnico de Consejo INCIDE, A.C.

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