EL YERRO DE 1973 QUE CATAPULTÓ A LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO - INCIDE
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23 Jun EL YERRO DE 1973 QUE CATAPULTÓ A LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

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POR: ARQ. CARLOS MARTIN QUINTERO ORCI

Vivimos en una época en que se cree que todos tienen derecho a todo, y se etiqueta como “discriminación” al hecho de marcar límites, aunque estos se basen en los hechos y en el sentido común. Es por ello que los difusores de ideas y comportamientos equivocados, para salirse con la suya, inventan toda clase de explicaciones -a veces descabelladas- que muchos adeptos están dispuestos a creer, con tal de sentirse justificados o para mitigar su intranquilidad. Esto es precisamente lo que hacen los impulsores de la ideología de género con el tema de la homosexualidad.

¿O qué pensaría usted acerca de este caso hipotético?: una persona chaparra está convencida e insiste en que es una persona alta. Que eso de que es de baja estatura es algo que la sociedad le impone, pero que lo que importa no es su realidad física, sino lo que él siente, y lo que él siente es que es una persona alta atrapada en el cuerpo de un chaparro, y que si el entrenador de basquetbol no lo deja jugar en su equipo, entonces lo está “discriminando”. Absurdo, ¿no? Pues así son los argumentos de los ideólogos de género. Dicen que la noción de que no es normal que una persona sienta atracción por alguien de su mismo sexo, es una “imposición de la sociedad”.

Dado que durante años se intentó sin éxito hallar un gen de la homosexualidad, ahora los ideólogos de género, carentes de argumentos empíricos, salen con que lo que de verdad importa no es la realidad física, sino cómo se autoperciba la persona, porque si un hombre, por ejemplo (en el caso extremo de que también quiere que todos lo vean como mujer), con su ADN masculino, sus cromosomas masculinos (XY) y nacido con órganos genitales masculinos, insiste en que se identifica como mujer, pues es mujer y debe ser tratado como tal. Es una mujer “atrapada” en el cuerpo de un hombre, y que lo “discriminan” si, por ejemplo, no lo dejan entrar al baño de mujeres, o si se refieren a su persona como “él” en vez de como “ella”.

Ha habido diversas hipótesis tratando de explicar las causas de la homosexualidad, sin haberlo logrado. Pero dado el hecho de que el hombre y la mujer son complementarios física y psicológicamente (están totalmente “diseñados” el uno para el otro), la homosexualidad siempre había sido catalogada oficialmente como un desorden, porque lo es, evidentemente. Pero esto cambió en los 70’s. En ese entonces, los activistas del lobby gay tenían años de ejercer intensa presión al cabildear en la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) para retirar la homosexualidad de la lista de desórdenes mentales. Estos activistas se manifestaron en forma tan disruptiva en la reunión de la APA de 1970, que esta tuvo que contratar a un asesor de seguridad para tratar de que las demostraciones fueran más pacíficas en lo sucesivo.

Finalmente, en 1973, la APA dobló las manos, y sin un estudio científico como respaldo, sino sólo por votación (58% votó a favor), la homosexualidad fue retirada de la lista de desórdenes mentales. ¿Hay algo más anticientífico que basarse en opiniones ideológicamente influenciadas para decretar oficialmente una verdad científica? Esto abrió la caja de pandora y asi, al darles credibilidad a los activistas de la ideología de género, su movimiento se desató en todo el mundo, exigiendo cada vez más y más, y forzando a que cada vez más instituciones, empresas y medios de comunicación se manifestaran a favor de su causa. También han logrado que se proceda contra quien se atreva a disentir, así como que en muchos países se prohíban –y satanicen- los tratamientos para homosexuales que quieran dejar de serlo, aun cuando sean estos los que por su propia voluntad desean recibirlo. O sea que alguien puede declararse gay, pero a un gay no se le permite dejar de serlo. Esta sí es verdadera discriminación. Tan es así que hay entre los mismos homosexuales quienes, en consideración a su propia libertad y a la de otros, se han manifestado en contra de esta tiranía.

Mejor trato reciben de quienes son falsamente acusados de estar contra ellos. ¿Qué dice, por ejemplo, la Iglesia Católica respecto al trato que se les debe dar? El Catecismo de la Iglesia Católica, si bien explica porqué los actos homosexuales no se pueden aprobar en ningún caso, también dice que “Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. (…) Las personas homosexuales están llamadas a la castidad”. (cfr. 2357 al 2359)

La castidad, si, es posible vivirla, contrario a la falsa idea que nos presentan películas y programas de televisión de que no se puede. Que alguien tenga inclinación homosexual no significa que forzosamente tenga que dejarse llevar por ella, y además tiene derecho a recibir ayuda psicológica y espiritual para superarla.

Carlos Martín Quintero Orcí

arqcquintero@yahoo.com

Puntos curriculares:

*Arquitecto con experiencia en todo tipo de proyectos.

*Colaborador de INCIDE desde el 2001.

*Historiador aficionado de la ciudad de Hermosillo.

*Escritor en diferentes medios acerca de diferentes temas.

*Fotógrafo del paisaje y de la construcción.

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