21 Abr La depresión y sus consecuencias.
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Dr. Raúl Martínez Mir
El estado de ánimo deprimido es una de las condiciones emocionales más fácilmente reconocibles en las personas. Incluso si hablamos por teléfono con algún amigo o conocido, a través de su tonalidad emocional somos capaces de saber como se siente. El objetivo de esta emoción es informar a nuestras personas más cercanas que nos encontramos en una situación donde necesitamos apoyo y ayuda, tanto emocional como instrumental (hacer algo por nosotros). Es tan claro que nos sentimos mal, que incluso los animales de compañía son capaces de reconocer esta emoción en nosotros y de proporcionarnos ese apoyo.
Pero hay que tener cuidado de no confundir la tristeza con la depresión. Se diferencian tres formas de presencia de la depresión; como síntoma o estado, la tristeza estaría presente en muchas enfermedades y problemas emocionales, es la más común. Como síndrome, cuando forma parte del trastorno bipolar, que es una enfermedad orgánica, no sólo el hecho de cambiar emocionalmente en el día de la tristeza a la alegría, como se suele malinterpretar. Y como trastorno cuando constituye, por ejemplo, el trastorno depresivo mayor.
El manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales (DSM), editado por la Asociación Americana de Psiquiatría, establece que para que se pueda diagnosticar el trastorno depresivo el sujeto debe presentar un estado depresivo la mayor parte del día, perder el interés y la capacidad del placer por actividades que antes si eran de su interés y placenteras, entre otras. Además, estos síntomas no se pueden explicar por la pérdida de un familiar o por una ruptura, lo que implicaría un duelo, y tienen que presentarse de forma persistente durante dos meses o más. Recuerdo que siempre es recomendable acudir a un profesional de salud para que emita el adecuado diagnóstico.
Una vez establecida la depresión en el organismo, a nivel biológico los niveles de serotonina y dopamina disminuyen. Motivo por el cual la persona tiene menos ganas de hacer cosas, y las pocas que hace no le satisfacen tanto como antes. Además, lo más común en la depresión es dejar de hacer las cosas que nos son gratificantes, puesto que las obligatorias, como el trabajo, seguimos haciéndolas, y así se produce también una perdida de reforzadores. Poco a poco, como en una espiral la persona va dejando de hacer cosas, y va cayendo en un pozo sin fondo. Los pensamientos catastróficos, negativos hacia uno mismo, hacia el mundo y hacia el futuro afloran cada vez más, viendo esta situación como irresoluble. Pueden comenzar a aparecer pensamientos de suicidio, que son normales dada esta condición, y muchas veces se fantasea con él, como una forma de aliviar todo el malestar que se esta sufriendo, como una forma de acabar con esta situación, hasta tal punto que muchos son los que lo intentan, y algunos lo consiguen.
Pero intentemos poner un poco de luz en la oscuridad de la depresión dando respuesta igualmente a la solución de la misma. Comencemos por el nivel de actividad, al disminuir la dopamina, el nivel de actividad se reduce, pero esta misma regla podemos aplicarla a la inversa, si incrementamos la actividad incrementaremos el nivel de dopamina, así que para superar la depresión hay que activarse, la recomendación inicial es salir a caminar a algún mall o supermercado, al principio no implicarse en actividades de ejercicio físico intenso si no se tiene ganas.
Igualmente una de las características de la depresión es la bajada de serotonina en el cerebro. Este neurotransmisor es comúnmente llamado como la hormona de la felicidad, y tiene mucha lógica, porque según el nivel de este, es nuestro nivel de ánimo. Cuando desciende nuestro ánimo también. Pero algo que debe saber el lector sobre la síntesis de esta hormona, es que necesita luz solar. El deprimido tiende a desvelarse y levantarse tarde, perdiendo muchas horas de luz solar, y por tanto perdiendo la posibilidad de sintetizar más serotonina. Lo más conveniente es acostarse siempre a la misma hora, aunque no se tenga sueño, y levantarse a una hora concreta, aunque no haya nada que hacer, para aprovechar al máximo las horas de luz.
Igualmente, las actividades agradables hay que ir retomándolas poco a poco, aunque no se tengan muchas ganas y no sean tan gratificantes como antes, de igual forma poco a poco volverán a ser agradables.
Y un aspecto que siempre considero importante, es seguir manteniendo los hábitos de higiene y salud. Hay que seguir bañándose y cambiándose, aunque no se vaya a salir, al menos si nos vemos reflejados en un espejo no nos veremos con mala cara. Hay que seguir comiendo a las horas, aunque no tengamos hambre. No hay que dejarse caer en la trampa de la depresión, porque es una espiral sin fin, de la que se sale “dando un golpe de estado” a nuestras ganas.
Dos aspectos que me gustaría resaltar para terminar. Quiero aclarar que la persona no es responsable de su depresión, la causa puede ser debida a muchas cosas, pero sí lo es, en gran parte, de su recuperación. Aunque vaya con un psiquiatra, con un psicólogo, tome fármacos, etc., tenemos que entender que el doctor sólo nos indicará como superar la depresión, el camino más corto para salir de ella, pero es el deprimido el que tiene que andar el camino. Y en segundo lugar, si tiene alguna duda al respecto, siempre consulte a un profesional de la salud.
Dr. Raúl Martínez Mir
Consultor y docente en Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora
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