16 Ene DON MANUEL CRUZ GARCÍA
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Lo conocí en octubre de 1997, un hombre sencillo, serio (en ese momento) que me miraba con desconfianza y prudencia, esquivo de mirada, era de noche, yo sentado en el “porche” de su casa y me levanté de “sopetón” cuando Gabriela, a poco días de haberse convertido en mi novia, me dijo: “ahi viene mi papá”.
Hombre sencillo, trabajador, con una capacidad de inventiva increíble. Cuando conocí el patio de su casa, entendí perfectamente la palabra “hechizo”, él era capaz de reparar o reinventar cualquier cosa, artefacto o sistema que cayera en sus manos, con alambres, tuercas y sorpresivamente lo hacía funcionar, ante mis ojos siempre atónitos, pero bueno, debo de aclarar que la estética en esos artefactos, no era lo primordial, no pasaban por ese departamento.
Originario de Banámichi, Sonora y que durante la época de colonos vivió en la Costa de Hermosillo, llevado por sus padres al campo agrícola La Galeana, donde conoció a quien sería su compañera de vida, María Jara Bonilla, oriunda de Nayarit y bajo las mismas circunstancias, la vida los hizo coincidir y posteriormente unirse y estar juntos hasta 2011, convencido ahora de ese reencuentro.
Días previos a mi boda me regaló una caja de herramientas y artefactos raros como martillos, pinzas, desarmadores y esas cosas y yo lo veía con cara de “¿y esto para que es?” casi de broma le preguntaba “Ah!! ¿Gaby sabe arreglar cosas?” pero al ver su cara, que parecía entender mi pensamiento, omití de inmediato la idea, al no considerarla “políticamente correcta”.
De origen humilde, de la cultura del 100% del esfuerzo, con quien me sentaba los domingos a platicar y me contaba todos los oficios que había hecho para sacar adelante a su familia, desde trabajar de abonero y cobrador en La Hormiga, velador en diversas partes como “La McCullough” o en Milanesas “El Herradero” y muchos más.
Su historia de vida y de lucha diaria, junto a doña María, me sorprendía, habían formado esta familia, dándoles carrera y todos ahora hombres y mujeres de bien, paradigmas que se van rompiendo y me ayudaban a entender la condición del ser humano de siempre salir adelante, crecer ante la necesidad y desarrollarse, importando muchas veces más la actitud que la aptitud y las ganas, que el dinero para lograrlo.
Un hombre que sin importar lo que la vida le pusiera enfrente lo enfrentaba con valentía y como siempre decía, sin pensarlo tanto “lo que es, es, hay que tomarlo como viene, saber enfrentarlo y seguir adelante”, así lo vi enfrentar algunas situaciones difíciles como perder una hija y a su esposa; o enfrentar una enfermedad con la que tuvo que dejar por completo el alcohol y llevar una dieta rigurosa, la cual asimiló “sin chistar” por más de 8 años y entender que ese tenía que ser el camino si quería seguir disfrutando de sus nietos y Dios le dio la oportunidad de conocer bisnietas.
Un hombre agudo, sarscástico y asertivo a quien le quité a su niña, su hija menor y que aún así, siempre pendiente de mi, de mis triunfos y mis derrotas, sabiendo a su estilo, siempre como demostrar su cariño a sus hijos, nietos y “agregados” (como yo). Él sabía que me gusta el tequila o bacanora y siempre me tenía “un clavo” y el infaltable pedazo de queso fresco que cada domingo me regalaba, obvio todo esto antes del COVID.
Durante meses, he hablado del COVID y de las miles de recomendaciones que se debieron tomar, pero cuando este mal cruza el umbral de tu círculo familiar, no tienes palabras, aún con todos los cuidados que se llevaron a cabo este terrible mal se llevó al pilar principal de la familia Cruz Jara, como se ha llevado a tantos seres queridos de muchos de nosotros.
Elevo una plegaria para un hombre de quien aprendí mucho, sobre todo a entender la sencilléz de la vida, que la cotidianidad siempre te enseña algo, si sabes ver con el corazón, me enseñó a plantar tomates y como no querer a este hombre que me dio lo que más amo en la vida, a mi esposa Gabriela y me siento orgulloso de ser parte de esta gran familia.
Agradecidos con el personal de salud que brindaron en todo momento la atención humana y el tacto a los familiares que esperábamos diariamente las noticias durante casi 10 días que duró internado.
Expreso un abrazo con el corazón a mis cuñados Enrique, Nelly, Álvaro, Lore, Víctor, Fabiola y a todos los yernos, nueras, nietos y bisnietas.
Y me permito agradecer también, a nombre toda la familia, los mensajes de solidaridad que nos han hecho llegar a todos nosotros, a través de diversas maneras.
Con Dios está y descansa en paz, un hombre sencillo a quien la gente más importante en su vida le decía “Tata”.
MA y MPC ING. JESÚS GUILLERMO MORENO RÍOS / Docente Universitario en UNISON, UNICI y CLEA. / Presidente del Consejo INCIDE, A.C. / Nodo Regional Noroeste de ARISE Mx / Especialista en Gestión y Transferencia Financiera de Riesgos. Incide.guillermo@gmail.com What´s App: https://wa.me/5216622570688