31 May PRIMER FORO LATINOAMERICANO EN RESILIENCIA PARA LA TRANSFORMACIÓN
El día de ayer 25 de mayo, tuve el gran honor de participar como único mexicano en el PRIMER FORO LATINOAMERICANO EN RESILIENCIA PARA LA TRANSFORMACIÓN, convocado por Henry Peralta Buritacá, CEO de Soluciones Resilientes con sede en Colombia, ingeniero civil de profesión y considerado el principal promotor de la resiliencia a nivel Latinoamérica.
Enriquecedor encuentro de personas que seleccionadas por el trabajo realizado, verdaderos líderes de la resiliencia latinoamericana y emocionado más por ser considerado dentro de este selecto grupo, representando a mi país, al lado de Wilfrido Rosales Gonzabay de Ecuador, Miguel Fernando García Bedoya de Colombia, Dennys Bonilla Valladares de El Salvador, Amparo Velásquez Peñaloza de Colombia y Eduardo Velez Soto de Colombia.
Por cuestión de espacio, me avocaré a desarrollar parte de lo que fue parte de la exposición:
“Como ingeniero civil me llamaba la atención que soluciones lógicas fueran interrumpidas por situaciones “ajenas” como las normativas o políticas; razón me llevó a explorar los factores de transversalidad que afectaban los procesos constructivos, explorando y participando en áreas como la edición, comunicación, política, academia, consultoría, administración y protección civil.
Con una visión tridimensional podría descubrir que si bien es cierto puede haber varias soluciones a un mismo problema, solo existe una que sea integral, siempre y cuando se conozcan las variables adecuadas y la información necesaria para lograrlo, afectando al menor número de personas posible.
Nos permite ver que se actúa de manera independiente, ignorando conocimientos o experiencias pasadas; lo estamos viviendo con el COVID, no se resolvió el cubo de rubik de manera integral, se enfocaron los recursos y la atención a una sola cara, viviendo actualmente las consecuencias de inseguridad, desempleo, manifestaciones, violencia intrafamiliar, colapso económico que vendrá a desbaratar la cara ya armada y pondrá en colapso lo avanzado, retrasando los procesos de recuperación.
La resiliencia abona al ordenamiento del caos mental y operativo que representa realmente trabajar en estos temas y la toma de decisiones, se hace incomprensible, por poner otro ejemplo, como los mismos fenómenos hidrometeorológicos afecten los mismos territorios de manera recurrente y la gente y los gobiernos solo se acostumbren a atender los desastres, incluso de manera sistémica; cuando con políticas resilientes, fuera entendible acudir a la experiencia del pasado para prevenir o mitigar los desastres.
Resaltan temas como la indolencia, la ignorancia y la corrupción, liderados por el egoísmo como los principales generadores del aumento de los riesgos en cualquier situación que se presente, haciendo ver de la importancia de pasar de lo humano a lo local y posterior a lo global.
He escuchado o leído y coincido que con la resiliencia no se descubre nada nuevo, pero el problema es, como en el amor, existe, pero es imperceptible; con el paso del tiempo se asume como cierto y se deja de practicar y se deja de demostrar ese amor, que se supone obvio, pero te percatas de su ausencia ante el colapso y te das cuenta que debiste haber hecho más, debiste identificar las señales, debiste conocer más, identificar las reacciones; poner un alto y modificar patrones de conducta; comunicarte, estimular, actuar, prever y en una palabra debiste amar.
Entendamos que el amor y la resiliencia tienen un enemigo común, el egoísmo, una manera de eliminarlo es ver las otras afectaciones, como en el cubo de la resiliencia, dando solución de manera integral, si tenemos la humildad y empatía para conocer las otras opiniones, podremos conocer posibles afectaciones, podremos prevenir, actuar y construir, haciendo el menos daño posible, ni actual ni futuro.
Un líder en resiliencia entiende que todas las caras del cubo son importantes, identifica oportunidades de transformación y mejora en las cosas sencillas, sabe que las consecuencias siempre nacen de los detalles; debe de contar con los conocimientos y las habilidades necesaria para poder influir en los demás, debe de aprender a identificar las diversas variables para poder lograrlo.
Es aquel que no solo aprende de derrotas propias, identifica eventos pasados, pero, a veces somos egoístas y creemos en nuestra verdad absoluta sin escuchar opiniones o experiencias de los demás y pero también debe saber transmitir ese conocimiento, pero digerido y entendible entre la sociedad; no se vale decir “te lo dije”, por simple arrogancia”
Todo este trabajo lo hemos desarrollado a través del modelo El Cubo de la Resiliencia y promovido por la Alianza por la Cultura de la Resiliencia por todo el país y Latinoamérica
Guillermo Moreno Ríos, Ingeniero civil con maestría en administración de la construcción (UIA) y protección civil y gestión de emergencias (UNICI); diplomado en evaluación de sistemas contra incendios (CEUNO); académico en el departamento de ingeniería civil y minas de la UNISON y en la licenciatura de seguridad laboral, protección civil y emergencias de UNICI; ex regidor; ex director de protección civil y bomberos; editor y columnista en Epicentro y El Inversionista; presidente de Consejo Integrador de la Construcción, la Industria y el Desarrollo, INCIDE, A.C.: coordinador de la zona noroeste de la Alianza del Sector Privado para Sociedades Resilientes ante Desastres, ARISE Mx y consultor en transferencia financiera de riesgos, seguros y protección civil , asesor en inversiones y seguros INBURSA y conferencista internacional en materia de gobernanza, resiliencia, gestión de riesgos y participación ciudadana.
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