22 May MÉXICO EN SERIO PELIGRO DE QUEDAR BAJO UNA TIRANÍA COMUNISTA
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POR: ARQ. CARLOS MARTIN QUINTERO ORCI
En mi colaboración de noviembre pasado, afirmé que para bien o para mal, nuestro gobierno depende, disimuladamente, de la aprobación y reconocimiento del gobierno americano, y así, lo peor para nosotros sería que Joe Biden ganara allá la presidencia y que aquí, en 2021, volviera a arrasar la izquierda. Así nuestro país, ya bajo control total de ésta, y en sintonía con un gobierno americano también de izquierda (de tendencia socialista, pro-abortista, pro-ideología de género y anti-libertad religiosa) sería muy malo para nosotros. Pues bien, en Estados Unidos, ya impusieron a Biden como presidente. Ahora sólo falta ver que ocurre aquí en las próximas elecciones.
En 2018 la gente, harta del PRI y del PAN, le dio un voto de confianza a Morena. Es cierto que no habíamos tenido gobiernos ejemplares (lo cual es difícil cuando emanan de un pueblo muchas veces inculto y con poco sentido del civismo), pero el socialismo no es la solución. Por desgracia, 30 millones votaron, no con el cerebro, sino con el corazón. Votaron ciegamente por todo candidato de Morena, sin importar sus perfiles. Ese fue el gran error del electorado mexicano: le dieron gran dominio a un solo partido. Peor aún, a un partido socialista.
Las consecuencias pronto se vieron: cese de inversiones, la insensata cancelación de un aeropuerto de alto nivel, decrecimiento económico, inseguridad como nunca antes, división entre mexicanos, y la mayor atrocidad, un crimen de lesa humanidad: clausurar la planta de la empresa mexicana PISA que producía medicamentos para niños con cáncer, dizque porque había corrupción en su distribución. Importar la cantidad de medicinas necesarias es muy difícil en tan corto tiempo, y sale muchísimo más caro. Y mientras, niños con cáncer mueren por el desabasto de medicinas.
Los legisladores de este partido han propuesto iniciativas como la obligación de proporcionar nuestros datos biométricos a las compañías de celulares, la geolocalización de las personas en las aplicaciones bancarias, leyes en favor del aborto, de la ideología de género y de prohibir a sacerdotes y pastores religiosos hablar en contra del estilo de vida homosexual. O sea, graves violaciones a nuestros derechos.
Además, López Obrador, Mario Delgado (líder de Morena), y los senadores morenistas Félix Salgado Macedonio y Ricardo Monreal, ya amenazaron con hacer desaparecer al INE tras las elecciones. Porque para AMLO, siempre que pierde Morena, es porque hubo fraude, y cuando gana, entonces las elecciones fueron limpias “a pesar del INE” (y lo mismo va a decir después del 6 de junio). De hecho, en esta época electoral se ha visto una pauta seguida por los morenistas: primero, hacen algo que va en contra de la ley electoral. Después el INE se los prohíbe. Y luego sale AMLO a decir que son maniobras del INE contra Morena.
El columnista Diego Fonseca, en su colaboración “El rey López Obrador” para el New York Times, advierte: “México encara en junio elecciones legislativas y de gobernadores, y AMLO podría acumular más poder. Con mayoría en el congreso, una oposición debilitada y pocos contrapesos institucionales independientes, la democracia mexicana está en riesgo. Un gobierno incapaz de oír voces disonantes reafirma su distancia de la realidad”. Y de la gente, diría yo, como nos dimos cuenta cuando, tras el accidente del metro, se negó a hacer lo que cualquier buen líder hubiera hecho: visitar a los heridos y a sus familias. Tal vez sospechó (o le avisaron) que no iba a ser “bien recibido”.
Pero hay que reconocer una cosa: AMLO no es culpable de lo que está pasando. Él siempre fue honesto en cuanto a su forma de pensar y actuar. No engañó a nadie. No dijo una cosa para luego salir con otra. Siendo candidato, manifestó su admiración por el dictador comunista Fidel Castro, y se negó a condenar la dictadura venezolana. Lo que ocurre hoy en México, ya sabíamos que así iba a ser en caso de resultar electo AMLO. Y aun así, treinta millones votaron por él, así que sobre ellos recae la responsabilidad.
Aquí en Sonora, el candidato morenista a gobernador es Alfonso Durazo, quien ha brincado de partido en partido. Comenzó en el PRI, y renunció en 2000 para unirse a la campaña de Vicente Fox (PAN), convirtiéndose luego en su secretario particular y más tarde en portavoz presidencial. Después giró 180 grados hacia la izquierda y en 2006 se unió a la campaña de López Obrador (PRD), y luego se fue tras él a Morena. O sea, no tiene un ideario político definido. Sólo va tras la oportunidad. Como Secretario de Seguridad Pública fue un fracaso y además es incondicional de AMLO. ¿Podríamos confiar en alguien con ese perfil?
AMLO, como presidente, poco a poco comienza ya a hablar como un tirano socialista. Por ello, estas próximas elecciones serán la última oportunidad de detener la comunización de México. Sólo el voto útil podrá lograrlo. La coalición PRI-PAN-PRD es una extraña mezcla política, pero es la única forma de salvar a México de convertirse en Venezuela del Norte.
Carlos Martín Quintero Orcí
Puntos curriculares:
*Arquitecto con experiencia en todo tipo de proyectos.
*Colaborador de INCIDE desde el 2001.
*Historiador aficionado de la ciudad de Hermosillo.
*Escritor en diferentes medios acerca de diferentes temas.
*Fotógrafo del paisaje y de la construcción.
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