21 Ene Claves para salir de la apatía y cumplir metas.
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Dr. Raúl Martínez Mir
Con cada inicio de año aparece una evaluación del año anterior y los correspondientes propósitos de año nuevo, todo aquello que queremos mejorar, queremos hacer y que al mirar atrás no hicimos o no conseguimos en el año anterior. Un querido amigo publicó este año en Facebook una graciosa lista de propósitos para el 2018 “subir de peso, gastar y endeudarme, no hacer ejercicio, dieta alta en grasas y carbohidratos, y no viajar a ninguna parte. De seguro este año si los cumplo, o chance y como todo el tiempo acabo haciendo lo contrario.” Los comentarios y las risas no se hicieron esperar, alguien incluso llego a comentar “pa que andar con mentiras”.
La realidad es mucho más sencilla de lo que la mayoría de la gente considera, cumplir estos propósitos tiene que ver con el establecimiento de metas a largo plazo. En la mayoría de los casos los propósitos del nuevo año constituyen proyectos que van a requerir un tiempo de realizarse, por ejemplo dejar de fumar, aparantemente es muy fácil, no fumas y ya, sin embargo cuando hablamos con los profesionales que nos dedicamos a las adicciones, todos sin excepción, le diremos que no es algo tan sencillo, y que es un proceso que en el mejor de los casos lleva aproximadamente un par de meses, en algunos puede llevar mucho más tiempo, y siguiendo programas, en los cuales se va a ir evolucionando.
Hemos de considerar que todos los proyectos que tienen implicaciones a largo plazo, deben de llevar varios procesos y tiempos, de eso entienden mucho los desarrolladores de programas, a cada acción dirigida al objetivo, o submeta, se le dedica su tiempo correspondiente, y cada paso dirigido hacia el objetivo final supone un porcentaje de cumplimiento. Exactamente igual suponen todos esos propósitos de año nuevo, debemos de plantear submetas para ir consiguiéndolos, ponerles fechas e ir viendo el progreso y analizar porque no se va consiguiendo el mismo.
Desde un punto de vista práctico podríamos entender que cada propósito implica una serie de pasos a seguir. Pongamos un ejemplo; si usted desea perder peso, lo primero a considerar es cuanto quiere usted perder y para cuando, de ahí la importancia de poner fecha. Por ejemplo, si una persona perdiese 500 gramos a la semana, estaría perdiendo al año 26 Kg, considerando que el año tiene 52 semanas. Además, deberíamos considerar varias opciones, ¿va a realizar ejercicio? ¿va a ir con algún especialista en alimentación? Por destacar los dos más relevantes. Si usted es de los que el primer día va al gimnasio a “destrozarse” y durante la primera semana sólo come alimentos “sanos” que ni siquiera le gustan y se la pasa con hambre todos los días, el pronóstico es que más tarde que temprano dejará este sistema. Para comenzar siéntese delante de una hoja de papel y haga un listado de los alimentos que le gustan y de los que no les gustan, así como del aporte calórico y nutrientes de estos, calcule sus necesidades diarias, y vaya haciendo un cálculo de su alimentación, si acude con un nutriólogo él hará esto por usted. Si considera hacer ejercicio, vea alternativas que se acomoden a su rutina diaria, opciones de ejercicios, considere si para usted es importante acudir con alguien al gimnasio, o puede practicar algún deporte, hay muchas alternativas, pero lo más importante de todo es que le tiene que gustar, porque así será más fácil de seguir practicándolo.
Si quiere ahorrar, plantee cuanto y para cuando. Si quiere viajar averigüe precios, según las fechas y los lugares de salida y llegada los vuelos de avión suelen variar mucho sus precios.
Podríamos argumentar por tanto, que todos los propósitos tienen que tener un plan de desarrollo, no por desear algo va a ocurrir simplemente, es conveniente organizar cada paso a dar en dirección a lo que deseamos realizar, establecer tiempo para esos pasos e ir concretando su cumplimiento y observar las dificultades que van surgiendo. En muchas ocasiones buscar apoyo profesional para desarrollar cada proyecto suele ser uno de los resultados que máxima la eficacia y reduce el tiempo y los costos, lo que también ayuda a minimizar la frustración.
Finalmente, dos aspectos básicos de cualquier proyecto personal que tenemos que aceptar son; en primer lugar la constancia suele ser siempre un buen recurso para obtener casi todo aquello que deseamos, y en segundo lugar casi con toda seguridad tendremos que sacrificar algo para obtener aquello que deseamos, en la mayoría de las ocasiones no podemos obtener ambas cosas a la vez. Si usted esta dispuesto a sacrificar para obtener sus objetivos y es constante en su esfuerzo es seguro que lo terminara consiguiendo.
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Dr. Raúl Martínez Mir
Consultor y docente en Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora
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