12 May La Pasión por la Guerra
“Nunca entres a la batalla, sin tu compañero”
Alejandro Magno, Rey de Macedonia
En los últimos días hemos estado sobre cargados de información bélica, ya sea por lo diferentes medios de comunicación, redes sociales o por comentarios suscitados a nuestro alrededor.
La guerra es un instrumento que el hombre ha usado históricamente por varios motivos, entre los que destacan el no ponerse de acuerdo en las demandas de cada una de las partes, ya sea por falta de capacidad e inteligencia para negociar o simplemente porque no se quiere llegar a un acuerdo aunque se tenga la capacidad para hacerlo.
Otro motivo ancestral para la guerra es ocupar un territorio para sustraer sus riquezas y convertir a los habitantes del país derrotado en siervos de los que ganan la guerra.
Existen las guerras religiosas, en las cuales en nombre de un Dios, se asesinan a los contrarios por no creer en lo mismo que aquellos quienes los asesinan.
Hay guerras civiles por oprimir a los débiles, por abuso de poder, por hartazgo de la pobreza extrema, impunidad e injusticia existentes en algún país, las consecuencias: destrucción, muerte, dolor, injusticia, inseguridad, temor y pobreza.
Como seres humanos y habitantes de esta aldea global, es nuestra obligación moral cumplir con uno de los pensamientos de Winston Churchill: “Además de terminar la guerra debemos luchar hasta acabar con el comienzo de todas las guerras”.
La guerra que debería apasionar más que todas las guerras, es la guerra que como hombres y mujeres de bien deberíamos emprender en contra de la ignorancia, la que hace más pobre a los pobres y que hace más insensibles a los que más tienen, guerra contra la corrupción, guerra contra la falta de responsabilidad y compromiso de quienes estamos al frente de una empresa, de un organismo, de una familia o de un gobierno.
Guerra contra lo que nos hace menos y no más; más íntegros, más dedicados, más interesados en las soluciones que en los problemas y más participativos en todo aquello que nos beneficie a todos como una gran comunidad.
Iniciar una guerra de cualquier índole es fácil, pero ganarla con el menor desgaste posible al menor costo social, emocional y económico no lo es tanto, porque cuando se emprende una guerra nos enfrentamos al más implacable y terrible de todos los enemigos: nosotros mismos; como lo declaró el poeta alemán Friedich von Logau “Combatirse a sí mismo es la guerra más difícil; vencerse a sí mismo es la victoria más bella”.
Por eso para ganar se requiere tener visión, esa imagen clara del futuro que deseamos para nuestro país, nuestro estado, nuestra ciudad, nuestra familia y nuestra empresa; estableciendo con claridad y valentía los principios que nos regirán como líderes de éstas guerras.
Una sola persona puede comenzar cualquiera de estas guerras, pero es necesario que todos nos involucremos para ganarla, confiando siempre en la victoria.
Marcos Salvador Hernández Salas
Fundador y Director General de Servicios Corporativos, Investigación y Desarrollo, S.C., enfocado principalmente a la Consultoría Innovación y Liderazgo.
Creador del evento “Encuentro de Innovación y Liderazgo”, en el que se promueve el talento de exportación.
Embajador de Misión Educativa, EDUCON en la Universidad Autónoma de Guadalajara.
La organización internacional Who’s Who, le otorgó el nombramiento como el profesional más destacado del año 2000 en su campo.
Su visión y compromiso es contribuir en el cambio de la cultura empresarial, en el desarrollo de negocios rentables y en la formación de líderes íntegros y creativos que transformen y prosperen esta nación.